9/01/2014

althusser y su deconstrucción: "no me suicidaré, haré algo peor"



La crisis del post marxismo, en especial su ausencia de operatividad práctica pero y fundamentalmente teórica, se manifiesta con claridad tras el colapso autoinflingido del sistema althusseriano de relectura de Marx. Hoy veremos cómo se plasma el proceso de colapso autoinflingido por el propio Althusser respecto de sus textos, en rigor de su sistema de pensamiento que finalmente terminará abolido.

Leemos a Etienn Balibar:

¿Cómo se habla de un muerto viviente? ¿Como de un muerto, o como de un vivo? 

¿En qué tiempo de la lengua: en el presente o en el pasado? ¿Se dice "Althusser piensa que...", o"Althusser pensaba que..."? ¿Por qué no en futuro ("Althusser pensará tal vez que...")? Y en qué persona: ¿se dice "él", como de un "caso", de un personaje histórico o de un eminente profesor? ¿Se dice "tú", como a un amigo y un camarada? ¿Cómo encontrar aquí un "él" que suene como un "tú"?

Finalmente, ¿de qué se (le) habla? Es difícil no empezar por aquello que, si no tenemos cuidado, puede revestir las apariencias de un destino.¿En qué momento tomé conciencia del hecho de que Althusser, como obligado por una fuerza despiadada, "destruía", "desconstruía" o "deshacía" lo que había hecho? 

¿Fue aquel día de agosto de 1980 en que, agotado por la falta de sueño, atiborrado desde semanas atrás de toda una farmacopea que lo llevaba al borde de la alucinación, me dijo de manera perfectamente inteligible? No me suicidaré, haré algo peor. Destruiré lo que he hecho, lo que soy para los demás y para mí... (¿Por qué no sospeché siquiera que esa destrucción podía convertirse también en la de otra persona?) En realidad fue mucho antes (aunque sólo lo comprendí realmente a posteriori), muy precisamente cuando leí el articulo "inédito" cuyo manuscrito me dio en junio de 1976.

Recordemos brevemente de qué se trataba. Habían invitado a Althusser a participar en un simposio franco-americano-soviético "sobre el inconsciente", cuya preparación duró varios años y que se celebró finalmente en 1979, en Tbilisi. No acudió, pero había redactado y enviado al organizador francés (el doctor Léon Chertok) un texto largo y argumentado titulado "La découverte du Docteur Freud" (El descubrimiento del doctor Freud). Simultáneamente, como era su costumbre, había enviado copias a algunos amigos pidiéndoles su opinión sobre el fondo y la forma. Yo figuraba entre ellos, así como —según supe más tarde— Elizabeth Roudinesco, Jacques Nassif y Michel Pécheux. 

Los tres, al parecer, lo encontraron erróneo y peligroso, y disuadieron a Althusser de publicarlo tal cual. ¿Lo convencieron con sus argumentos? ¿O bien éstos iban por delante de su propio movimiento de arrepentimiento? Lo cierto es que retiró pura y simplemente el texto, y lo remplazó con otro.2

Pero por mi parte —mal informado sobre los debates teóricos y las relaciones de fuerza que reinaban entre los psiquiatras y los psicoanalistas—, lo que me llamó la atención y no tardó en producirme una sensación de malestar fue otro aspecto. A medida que avanzaba el texto, tenía la impresión de que había frases "ya leídas". Terminé por decirme que Althusser en realidad ya había escrito esas frases antes. No era difícil descubrir dónde podía haber sido: me referí pues al famoso artículo sobre "Freud y Lacan", de 1964,3 y no tardé en comprobar que había pasajes argumentativos enteros que eran en efecto análogos, formulaciones idénticas. Salvo que las conclusiones que de ellos sacaba eran diametralmente opuestas. 

Mientras el texto de 1964 tendía a mostrar que gracias a la lectura de Lacan podemos leer a Freud en su autenticidad ("Lacan no piensa otra cosa que los conceptos de Freud, dándoles la forma de nuestra cientificidad, la única cientificidad que hay"), su doble o su reescritura de 1976 mostraba que Lacan había sustituido la teoría freudiana por otra teoría (una "filosofía el psicoanálisis", fundada en el axioma no freudiano: "el inconsciente está estructurado como un lenguaje"). 

Y mientras el texto de 1964 explicaba que, aun bajo una forma inadecuada, el psicoanálisis era una ciencia y sus "abstracciones" (es decir las nociones metapsicológicas), los "auténticos conceptos científicos de su objeto", el de 1976 declaraba que la raíz común de las desviaciones del método freudiano, de los travestimientos o transmutaciones de su descubrimiento (en Adler y Jung, pero también en Lacan), era la creencia en la posibilidad actual de una "teoría científica del inconsciente". 

Así, Althusser no se citaba a sí mismo, no rectificaba ni invertía su argumentación inicial, sino que, con las mismas palabras y a veces con las mismas frases, hacía decir blanco a aquello que había dicho negro, como quien, volviendo a pisar sobre sus propios pasos invisibles, intentase llegar a las antípodas... Cuando hice alusión a esas extrañas mezclas, me dijo, si bien recuerdo: de todas maneras, he retirado el texto

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