10/08/2015

traición y llano

El analista y su colega Roberto Bacman hablaron con Letra P sobre los candidatos que saltan de un espacio político a otro. 


Con los saltos de Mónica López y Marcela “la Tigresa” Acuña a las filas del kirchnerismo, se reabre el debate sobre el sistema de partidos, las lealtades políticas y el oportunismo electoral. Los consultores de opinión y analistas políticos Artemio López y Roberto Bacman hablaron con Letra P sobre el por qué de estos sucesos que sacuden –cada vez menos– al mundo de la política.

“El nivel de oportunismo y de ausencia de definición programática de los dirigentes territoriales es notable”, sostuvo López. Además, el titular de la Consultora Equis considera que el pase de dirigentes es más propicio en este momento dado que “el escenario electoral muestra una hegemonía del oficialismo”.

“Argentina está viviendo una reestructuración de su sistema de partidos políticos, que comenzó a eclosionar en 2001”, reflexionó el sociólogo Bacman. “Solamente el Frente para la Victoria y el Partido Justicialista fueron los que de alguna manera consiguieron mantener una estructura de votos leales durante los últimos 15 años”, opinó el titular del Centro de Estudios de Opinión Pública.

Pero los saltos de candidatos entre distintas fuerzas políticas no es gratuito; tiene un costo. Desde Eduardo Borocotó, que no volvió a recalar en política, hasta los más recientes casos de intendentes históricos como Raúl “El Vasco”Othacehé o Jesús Cariglino, que perdieron en sus distritos luego de cruzarse de vereda tres veces en los últimos dos años, el electorado les pasa factura a los “saltimbanquis”.

“Estos casos se dan mayormente en el peronismo no kirchnerista. Esos dirigentes se guían por la vieja máxima peronista de que ‘sólo hay algo peor que la traición: el llano’”, explicó Artemio López. Según el analista, los dirigentes más tradicionales prefieren romper sus compromisos políticos antes que quedar subordinados a segundos o terceros lugares electorales.

En sintonía, para Bacman existe un “nuevo voto”, y los dirigentes no tienen mayores dificultades para “reacomodarse a esta nueva realidad” para poder captar la mayor cantidad posible de electores. “El oficialismo eligió a Daniel Scioli, que muestra un perfil distinto al de los Kirchner y abre el juego a un electorado mucho más amplio”, sostuvo el sociólogo.

Artemio López por el contrario sostiene que “Scioli no tiene votos por fuera del universo K jamás los tuvo - sí tuvo márketing y cobertura de medios para insistir en que los tenía- y en las primarias ni siquiera cubrió el conjunto de votos kirchneristas esperables en CABA, Córdoba y Buenos Aires como distritos problema".

"Respecto a la migración dirigencial de tercer orden , el caso Pablo Bruera es el más patente: cuando funcionaba electoralmente Mauricio Macri, tenía alianzas implícitas y explícitas con él. En el año 2009 ocultó prolijamente el vínculo con Néstor en las elecciones de medio término.  En fin se trata de un cachivache importante , con una gestión deplorable coronada en las inundaciones de 2013. A medida que se desarman las opciones opositoras Bruera decide quedarse en el Frente para la Victoria a la espera, obviamente, de otro oportuno sorpasso”, consideró López.

“Yo no comparto la teoría de que los dirigentes son los dueños de los votos, como si se pudiera armar un mecano de nombres para construir mayorías, de hecho de la primera oleada de garrochazos del FR salvo Katopodis , todos los migrantes perdieron las PASO en el FpV. Esa concepción patrimonialista de los votos es falsa y muy típica de las experiencias sin desarrollo territorial, que asimilan conceptualmente apilamiento dirigencial con inserción social de muy dudosa representación, además”, concluyó el titular de Equis, cuestionando la efectividad de los pases políticos.

1 comentario:

profemarcos dijo...

Honra al sciolismo el ser acompañado por militantas tan leales cóo estas dos damas